El estreno de la miniserie de la HBO del mes pasado, Mildred Pierce, llega a su fin. Cinco capítulos con una excelente Kate Winslet (¿alguien lo dudaba?), mas la recientemente oscarizada Melissa Leo, Guy Pearce y Evan Rachel Wood.
Mildred Pierce, divorciada, con dos hijas, en plena Depresión, se busca la vida como puede, aunque sea haciendo de camarera. Un trabajo que no considera digno. Su mayor miedo: que Veda, su hija mayor, esa que se da tantos aires, se entere, y la desprecie por ello. Ese afán de ser digna ante los ojos de su hija la lleva a crear todo un imperio.
El retrato de la época es exquisito, la producción de un diez, y Todd Haynes, que dirige los cinco capítulos, está claro que le tiene el pulso tomado al género, melodrama, así se llama, romances, desengaños, muertes sorpresa que tambalean el ánimo de nuestra protagonista, triunfos y fracasos, y como no, las típicas sanguijuelas que chupan la fuerza vital de la prota. Pero Mildred Pierce se crece ante todo ello, lo supera como una campeona, porque los melodramas ponen trabas, pero también la forma de sobrepasarlas.
La versión con Joan Crawford de 1945 estaba planteada mas como cine negro, tenía un asesinato al principio, y todo estaba contado mediante flashbacks. Veo porqué no han utilizado ese recurso en la mini serie, supongo que no funciona igual de bien cuando tienes que dividir tu historia en cinco partes de una hora, y tampoco sé hasta que punto esa trama surge de la novela en la que se basa todo, pero lo he echado de menos, el misterio.
Al final, y por mucho que alabe la mini serie, sigo prefiriendo la versión del 45 (aquí mi reseña). Supongo que una nunca le puede decir no a un clásico con Joan Crawford y sus hombreras.