Battlestar Galactica: The Last Frakkin' Episode

Todo empezó con la miniserie, supongo que les pareció una idea genial revitalizar una serie de los 80, Battlestar Galactica, la serie de naves de mi infancia... qué malos eran los cilones, qué heroicos Apolo y Starbuck los compis inseparables... supongo que si la mirase ahora le encontraría muchos fallos, los malos serían ridículos y los eternos compis mas ridículos todavía... pero como la veo con mis ojos del ayer es maravillosa y llena de naves y el espacio, que por aquel entonces era todo lo que me importaba...
La idea ya está, nace Battlestar Galactica, la miniserie, solo que tienen que darle un toque moderno, así que lo primero, convierten a Starbuck en una chica (por aquel entonces me pareció una idea aberrante, ahora no podría verla de otro modo), hacen que los cylons evolucionen, de tal manera que no puedas distinguirlos de otro humano cualquiera... incluso algunos cylons ni siquiera saben que son cylons (si Philip K. Dick estuviera vivo no se hubiera perdido ningún capítulo) y hacen que Galáctica, sea esa venerable nave que luchó en la antigua guerra cylon, sea un museo, recuerdo de su vieja gloria... Y los cylons atacan las 12 colonias...

La miniserie acaba con los restos de la humanidad en unas pocas naves, perseguidos por los malvados cylons, mientras salto subespacial tras salto subespacial los supervivientes van en busca de La Tierra, ese lugar mítico donde la última de sus tribus buscó refugio.
Y si todo hubiera acabado ahí, ahora no estaría escribiendo este post.
Porque hicieron la continuación Battlestar Galactica, la serie, con cuatro temporadas, tres series de webisodios (The Resistance, Razor Flashbacks y The face of the enemy) y una película (Razor), llena de naves, cylons malvados (y otros no tanto), una serie de líneas argumentales bien ligadas que tocaban temas, tan importantes hoy en día como la guerra, el terrorismo, el racismo... todo empaquetado como un culebrón espacial que, yo personalmente, tardaré en olvidar.
Además la guinda ha sido ese final que nos han regalado los de Sci-Fi (perdón, SyFy) que por una vez han conseguido que una serie en su canal tenga principio, nudo y desenlace, un final como nos merecemos los fans, lleno de ataques de naves, millones de tiros y explosiones, y gente muriendo y cylons teniendo su merecido... y un largo epílogo donde se atan cabos, se despiden personajes y todo el lado espiritual de la serie, ese al que yo no prestaba mucha atención, tiene un sentido, que a algunos, por cierto, les va a parecer una gran broma...
Sinceramente, creo que con esta serie se ha hecho historia, se ha demostrado, sin lugar a dudas, que ese género, la ciencia ficción puede ser visto y amado por un amplio espectro del público serio. Y estoy hablando de space opera, no de esa ciencia ficción blandita que está tan de moda a la Perdidos o Héroes.
¡Cómo voy a echar de menos esas discusiones con mis amigos! Ya nunca volveremos a analizar cada palabra salida por la boca de Kara Thrace o volveremos a decir lo cabrón que es Gaius Baltar. Y no volveremos a gritar ante la pantalla So Say We All, con nuestros personajes preferidos, mientras escuchan al almirante Adama en uno de sus discursos inspiracionales.
So Say We All.