Misión Imposible 4: Protocolo Fantasma

Lo cierto es que fui con bajas expectativas y me divertí como una tonta, a saber:

Toda la película es una excusa para encadenar una misión imposible tras otra. Curiosamente no todas salen todo lo bien que uno esperaría. Mola.

Hay muchos mas golpes de humor que en las demás, se acabó eso de tomarse tan en serio.

El malo tiene como unas dos líneas de diálogo, quiere acabar con el mundo y ya está: ¿background? ¿razones para su locura? Ni una infancia miserable, ni una familia muerta en trágicas circunstancias... y da completamente igual.

Tom Cruise pierde el absoluto protagonismo, para convertir la película en un esfuerzo conjunto. Todo el equipo de agentes tiene su momento de gloria.

Jeremy Renner (inesperadamente gracioso) y Simon Pegg son geniales en cada escena en la que salen juntos, ¡queremos un spin off ya!

Las escenas de acción se siguen fácilmente (y eso se agradece), nada de planos cortos, nada de movimientos de cámara bruscos para meterte en la acción (notad mi tono irónico). Yo siempre digo que si haces una coreografía de lucha, ¿por qué no rodarla en concordancia? Un sobresaliente como una casa para Brad Bird, que se nota que se lo pasó pipa dirigiendo la peli. La escena final en el parking de coches ¡de infarto! y muy bien ideada.

¿Es posible que la saga cada vez sea mejor? Olvidémonos de la segunda parte (¡qué horribilidad!) y centrémonos en el largo capítulo de Alias, que fue la tercera parte... con esta cuarta como su continuación, no por nada, los guionistas también escribieron para la mítica serie (sí, mítica, marguis dixit) de Abrams, la cosa se pone cada vez mejor, dejándo atrás complicados complots y disquisiciones filosóficas, y yendo al meollo del asunto: escenas de acción molonas (y comprensibles), con un ténue (pero satisfactorio) hilo conductor y una consciente autoparodia que redondea el conjunto.

Puntuación: 7

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