The visitor: amistad y música.

Erase una vez un hombre solitario y muy aburrido, profesor de una sola clase, obsesionado en llenar sus días aprendiendo a tocar el piano, el instrumento que tocaba su difunta esposa. Un viaje a Nueva York lo cambia todo para él, descubre la amistad y la música, descubre que lo que llena sus días, no los llena en absoluto, descubre que su vida aburrida no tiene porqué serlo.
El profesor Walter Vale (Richard Jenkins) largo tiempo ausente de su casa en Nueva York, llega una noche, para asistir a una conferencia y la encuentra ocupada por una pareja de inmigrantes ilegales... ellos se disculpan, y se van... aunque no tienen realmente ningún sitio a donde ir... el se da cuenta y les ofrece su casa, hasta que encuentren algo mejor para ellos. Eso da pie a una amistad que rompe la rutina de Walter, le hace consciente de la problemática de la inmigración, su implicación, casi feroz, le llevará hacia la ansiada felicidad que tanto añora. En el fondo, ofreciendo su ayuda, se ayuda a sí mismo.
Del director Thomas McCarthy yo ya había visto su anterior película, Vías cruzadas, una delicia independiente, sobre un hombre nacido con enanismo que va a vivir a un pequeño pueblo en una antigua estación de tren, para estar solo... no lo va a conseguir... por muy huraño que se muestre... a ratos comedia, a ratos drama, me dejó un grato recuerdo.
Ésta, su segunda película, también con aires independientes, también va de un hombre solo... que aunque renuente, aprovecha la oportunidad de una mano tendida hacia él...
Puntuación: 7

Ficha