Una casa misteriosa, un restaurador que intenta superar un doloroso pasado, magia, fantasmas, maldiciones.
¡Qué grande podría haber sido!
Y qué poquita cosa es.
No se si los años empiezan a hacer mella en OSC, pero esto ha sido penoso.
Sí, es fácil de leer, como todo lo de este hombre, los personajes destilan sentimientos pero de alguna manera se sienten artificiales y el argumenta necesita un perfilado y un toque de terror, como yo se que este hombre sabe dar.
¿Dónde está toda esa oscuridad? ¿Esa angustia de Mapas en un espejo?
Esas vibraciones a Los niños perdidos no me han gustado nada.
Lo que me reviente es que se (sabemos) que lo puede hacer mejor.
Señor OSC deje de escribir con el piloto automático e invéntese otra saga de ciencia ficción!!!
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