¡Pero qué está pasando aquí!
Se estrenan dos series de abogados, practicamente idénticas a la ya cancelada The Defenders, WTFrak...
Dos abogados atípicos (Breckin Meyer y Mark-Paul Gosselaar), juerguistas comedores-de-hamburguesas bebedores-de-cervezas, son contratados por una gran bufete por el excéntrico Stanton Infirld (Malcolm McDowell) y compaginan fiestas nocturnas con casos algo absurdos. Personajes poquisimamente creíbles, pero divertimento medio. Sinceramente la estoy siguiendo porque la sequía seriefila del verano me ha afectado mas de lo que pensaba.
En cuanto tenga mi montoncito habitual de vicio en serie, me retiro de su mediocre visionado y santas pascuas.
Otro show del canal USA Network entretenido pero inofensivo, que explota el bromance y la camaradería como piedra angular de su argumento, mas procedimental imposible, vamos, como en todas sus demás series Burn Notice, White Collar, Psych, hasta en In Plain Sigh (si lo se, la prota es una mujer pero, seamos francos, se comporta como un tío).
Un abogado agresivo y al que le gusta salirse con la suya (o sea mas chulo que un ocho) toma bajo su protección a un porreta con memoria prodigiosa, que nuca acabó la carrera, y lo convierte en un abogado a su imagen y semejanza.
Mas de lo mismo para un canal que si tiene 10 series iguales, no le importa poner otra porque sabe que le va a funcionar.
Lo que me parece de lo mas curioso, es que las dos series tienen a una abogada de éxito buenorra afroamericana (Garcelle Beauvais por un lado y Gina Torres por el otro) por la que uno de los protas bebe los vientos, ¿será la nueva moda?
Por lo demás se admiten apuestas sobre su cancelación al final de la primera temporada.
Yo digo que las rajan a las dos...
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