Chuck, el final de la serie que sobrevivió

La historia de Chuck es como un cuento de hadas.

Después de la segunda temporada, y un futuro incierto, por una vez, una campaña de fans para salvar una serie tuvo éxito: apelando directamente a los sponsors y comiendo un montón de bocatas de una marca muy conocida (que salía constantemente en la serie).

Chuck, es un chico normal, un tecnico de ordenadores en una tienda informática. Un día recibe un mail de su mejor amigo de la universidad (ahora un espía molón), y su mundo cambia para siempre.

Su cerebro contiene un montón de secretos de la CIA, y alguien debe protegerlo, una agente de la CIA guapa y resuelta, y un coronel del ejército gruñón serán sus protectores.

Y aquí acaba su historia, cinco temporadas de espías, dobles agentes, muertes y resurrecciones, computadores mentales, Jeffster, y un montón de actores invitados (la cream de la cream en frikismo televisivo), la lista es larguísima, Scott Bakula, Linda Hamilton, Bruce Boxleitner, Mark Pellegrino  o Mark Sheppard (y podría continuar y continuar) con una última temporada de infarto en ese departamento Brandon Routh, Carrie-Anne Moss, Angus Macfadyen, Rebecca Romijn, Mark Hamill, Ethan Phillips, Justin Hartley, Jeff Fahey, Cheryl Ladd, Tony Todd, ¡Bo Derek!, ¡Ben Browder!, ¡¡Stan Lee!

La última temporada:

los trece capítulos se hicieron cortos, a pesar de que algunos fueron mas de relleno que otra cosa, pero los círculos se cerraron, para los los personajes con dos últimos episodios de infarto.

Admito que el recurso de la pérdida de memoria está algo trasnochado, pero lloré, reí y disfruté tanto que se me olvidó.

Y sufrí.

¡Cómo nos hicieron sufrir! Hasta llegar a pensar que Chuck y Sarah no tendrían su final feliz.

Hay que decir que no fue un final adorado por todos, y siempre habrá gente descontenta, pero a mi me pareció genial (y muy bonito).

En fin.

Ojalá todas las series pudieran tener finales como estos, sin cliffhangers ni tonterías.

Aquí acaba su historia, buena suerte.