La doctora Margaret Matheson (Sigourney Weaver) y su ayudante Tom Buckley (Cillian Murphy) son dos científicos, que investigando supuestas actividades paranormales, se dedican a desenmascarar los fraudes de mediums y curanderos. Cuando Simon Silver (Robert De Niro), un renombrado psíquico, resurja a la luz pública después de años de retiro, la negativa de la doctora Matheson a investigarlo hará que se disparen todas las alarmas (y dudas) de Tom.
Si la anterior película de Rodrigo Cortés, Enterrado, era un ejercicio sublime de contención, con una narrativa excelente encerrada en un ataúd, en estas Luces Rojas, siempre presentes como elementos anómalos en la historia, su dirección es impecable: planos cortísimos al detalle, secuencias clautrofóbicas en espacios abiertos, la angustia en forma de pájaros chocando contra ventanas (unos angry birds de cuidado).
Pero parece que aquí se acaba la cuerda, porque el argumento, como tal, es flojo y vacío, las Luces Rojas nos mantienen distraídos para que veamos el árbol y no nos fijemos en el bosque.
Una lástima, porque la cosa prometía.
Puntuación: 5
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