Del mismo escritor y director de la algo marciana Thumbsucker, Mike Mills, nos cuenta de forma algo personal aquello tan viejo, pero tan cierto, de que nunca es tarde para el amor.
Hal (Christopher Plummer), al poco de enviudar, sale del armario, y se declara homosexual ante su hijo Oliver (Ewan McGregor). Nunca había hecho nada en consecuencia por respeto a su esposa, pero ahora quiere vivir la vida como debería haber sido, sale de clubs e incluso se busca una pareja mas joven que él, Andy (Goran Visnjic).
La vida quiere que esos años de amor y experiencias nuevas sean cortos, por que al poco tiempo, Hal es diagnosticado con cáncer y muere, eso si, rodeado del amor de su hijo y sus nuevos amigos.
Oliver, solo y triste, incapaz de ningún compromiso estable, traumatizado por una niñez testigo de unos padres sin amor, afronta su día a día de forma apática y sin ilusión.
Pero en una fiesta de disfraces a la que le arrastran sus amigos, conoce a Anna (Mélanie Laurent) una actriz francesa, con su propio pasado traumático, no muy fan del compromiso tampoco, pero dispuesta a intentarlo.
La historia de Hal (y también la de su solitaria esposa) está contada con encantadores flashbacks, mientras el tiempo pasa y la felicidad parece mas lejana, los intentos de un hombre, ya pasados sus mejores años de amar y ser amado, nos conmueven hasta las lágrimas, os lo aseguro.
Una película independiente muy particular, parcialmente basada en las propias experiencias del director y su padre, tiene en Christopher Plummer y su convincente papel de homosexual maduro, su mejor baza, ya que algunos personajes quedan algo desbalazados y faltos de pasado como los de Anna y Andy, que llaman a gritos un desarrollo mas extenso.
Puntuación: 6
2 comentarios:
Tiene una pinta estupenda,Marguis.Gracias por la recomendación,la buscaré.
saludos!
troyana:
Espero que la disfrutes!
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