Un telefilm de Hallmark, marca de calidad para este tipo de pelis, o a mi me lo parece, suelen ser, rositas y blanditas. Como ésta.
Cada día de San Valentín, desde hace 70 años, Caroline Thomas (la incombustible Betty White) va a esperar a su marido Neil, a la estación de tren. Él, antes de partir a la guerra (WWII) le prometió que volvería, y ella, religiosamente cumple su parte del trato.
Una reportera, Susan Allison (Jennifer Love Hewitt), interesada en las historias de carácter humano, va a hacer un programa especial en el que Caroline, contará su historia. Eso lleva a Susan a investigar en profundidad el porqué de la desaparición Neil, y así poder darle clausura al corazón de Caroline. El nieto de Caroline, Lucas (el guapo Sean Faris) al principio se opone a la idea de Susan, pero ver la alegría renovada de su abuela, y la misma Susan, guapa y resuelta, hacen que cambie de idea. Quizás también haya romance a la vista para él y la periodista, ¿quién sabe?
Mas rosa, imposible, y así me he desintoxicado de tanta intensidad dramática, que Cisne Negro, todavía me ronda.
Puntuación: 5 (y gracias)
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