Masaki Kobayashi es uno de los grandes directores japoneses de los 50 y 60. Suya es esa obra maestra llamada Seppuku, que desde aquí recomiendo a todo el mundo, y suyo es este film sobre deber y justicia.
Isaburo Sasahara (el gran Toshirô Mifune) es un samurai, sirve eficientemente a su señor, cabeza del clan, y se debe a su familia con devoción, en especial a su hijo mayor Yogoro, al que espera casar bien, y si es posible, por amor. Lamentablemente, el mayordomo de su señor le pide (o le ordena, según se mire) que Yogoro se case con Lady Ichi, una de las amantes de su señor, que después de concebir un hijo, segundo en la linea sucesoria del clan, ha caído en desgracia.
Isaburo está dispuesto a negarse, pero Yogoro acepta, y se casa con Ichi, que resulta ser la mejor de las esposas, para sorpresa y encanto de Isaburo, que ve como su hijo conoce la felicidad conyugal que a él le fue negada.
Pero el señor del clan cambia de idea, y a los dos años, cuando Yogoro e Ichi han concebido una hija, decide mandar a por Ichi, ordenando a la familia Sasahara que la lleve de vuelta al castillo, su .primer hijo ha muerto, y no puede permitir que la madre del heredero del clan sea la esposa de un simple vasallo.
¿Es que el señor del clan no tiene corazón? ¿Lo tiene alguno de los que le rodean?
Una y otra vez, ordenan a Yogoro y a Isaburo el retorno de Ichi, y aún a sabiendas que sus negativas pueden dañar irreparablemente a su famila, no atienden a las órdenes.
Por supuesto la tensión se palpa en el aire. Algo malo va a pasar.
¿Qué consecuencias puede tener la rebelión de un samurai?
Lo cierto es que al empezar a ver el film no me esperaba esto para nada. Tenéis que comprenderme, por el título parece que va a ver duelos a espadas a porrillo y sangre por todas partes.
En cambio he visto un film impecable, lleno de diálogos y tensión; una tensión que va creciendo a lo largo del film hasta hacerse insostenible.
Creo que las cuestiones que se plantean son de los mas válidas, nadie puede ignorar lo que es justo, aunque vaya en contra de su deber. Solo porque los grandes y poderosos (sobretodo en el tiempo en que se ambienta la peli, el siglo XVIII) puedan hacer lo que les plazca a costa de los débiles no significa que esté bien. Aunque todos los miembros del clan apoyen esa decisión, la instiguen, sigue sin estar bien.
Y si seguimos hablando de temas candentes, qué tal el maltrato sicológico que se le aplica a la mujer... parece que aunque queramos (y leyendo el periódico cada día), hay cosas que no han cambiado mucho.
Así que los temas que trata, para una peli de 1967 son bastante modernos.
En fin. Peliculón de los buenos.
Puntuación: 8
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