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jueves, 11 de agosto de 2011

Mis vacaciones y Harry y la piedra filosofal

 Bueno, llegó agosto y con él mis deseadas vacaciones.
Y como soy incapaz de estarme quieta me pongo deberes.
¿Qué serán? ¿qué serán?
Pues leerme todos y cada uno de los libros de Harry Potter, que hasta ahora había conseguido evitar hábilmente.
Cuando salieron los primeros como que no me hicieron mucha gracia, yo lectora de fantasía, curtida en mil batallas de dragones, anillos, espadas y magias diversas, no podía importarme menos un libro juvenil sobre un mago que va a un colegio de magos a aprender magia.
Pero los años han ido pasando y las películas basadas en los libros han ido filmándose. Como buena fan del género puede que hiciera ascos a los libros pero no me salté ninguna de las pelis.
Nunca acabaron de gustarme del todo la verdad. Sí, tenían derroche de imaginación, rezumaban magia por todas partes y esas cosas, pero cuando el prota no acaba de convencerte (siempre me pareció pretencioso y de comportamiento matón con los que no le caían bien) es difícil implicarte emocionalmente y realmente disfrutar de sus aventuras. Para colmo sus compañeros tampoco me parecía la bomba, Hermione era una sabionda insufrible y Ron, bueno, era un poquitín inútil. Con semejantes "héroes" como me va a gustar algo con propiedad.
Cada vez las pelis eran mas inconexas y con mas y mas personanjes secundarios sin ninguna dimensión. Cada vez se notaba que faltaba algo.
Algo que en los libros posiblemente hubiera, que los films se saltaran a la torera.
Yo lo llamo chicha.
Así que en mi incansable misión completista, y sabiendo que el estar de vacaciones me confiere ese tiempo preciado de ocio y diversión, me dije, pues voy a leerme todos los libros de la saga, mirando la peli a continuación para hacer la comparativa y darme cuenta de, por fin, las maravillas que cuentan los fans que yo todavía no he acertado a ver.
Allá va.

Harry Potter y la piedra filosofal - J. K. Rowling
Harry Potter vive con sus tíos, sufriendo castigos y desprecios. Pero todo cambia el día que cumple 11 años y recibe una carta admitiéndolo en Howart's, un exclusivo colegio. En realidad Harry, es un mago y en Howart's, la escuela de magia, conocerá a amigos y enemigos, y averiguará que la cicatriz en forma de rayo de su frente le hace el mas especial de todos los alumnos, es el niño-que-sobrevivió, ante el poderoso y maligno Voldemort, un mago practicante de las artes oscuras, que parece desaparecido, desde la fatídica noche en que los padres de Harry fueron asesinados y el se llevó tan imborrable marca.
¿Qué que me ha parecido el primer libro de la saga?
Pues infantil. Algo que ya me podía esperar vamos.
La trama es sencilla, como toda presentación de saga conocemos a nuestros héroes y a nuestros villanos, sus puntos fuertes y sus puntos débiles.
Aparece el supuesto malo de turno, Severus Snape, para desviar la atención, y al final, la sombra de Voldemort que es mas alargada de lo que parece, es vencida (aunque no definitivamente) por un niño y un espejo.
En fin, que no me ha parecido un libro buenísimo, pero lo cierto es que no ha estado mal.
Se nota que la escritora está verde, en sus descripciones y tratamientos de personajes pero desde luego imaginación no le falta. La gran pega que le veo y en eso es tramposa como solo los escritores infantiles pueden serlo es que no da opción a Harry (y por extensión a nosotros) a hacerse una opinión sobre el carácter de los personajes que le rodean, enseguida sabemos los que van a ser malos malos (sus tíos, Draco, Snape) y los que van a ser buenos (Ron, Hermione, Dumbledore), los bandos se definen y nuestro héroe (y nosotros) no duda en tomar partido.
También voy a quejarme del desarrollo y desenlace de la trama, que da título a la novela. Si lo pensamos bien, del gran misterio solo se habla ampliamente hacia el final, en las 50 últimas páginas... las demás 200 (o algunas menos) están dedicadas enteramente a presentaciones, clases y partidos de quidditch varios, que si, son espectaculares y dan emoción pero no aportan nada mas que diversión con un desarrollo nulo.
Pues, eso.
La mezcla de tópicos sale bien, pero un poco mas de chicha no estaría mal (que sí, que sí, que ya se que es un libro infantil).


Harry Potter y la piedra filosofal (la peli)
Dirigida por el estadounidense Chris Columbus con amplia experiencia en trabajar con niños (Solo en casa y secuela, Mrs. Doubtfire, Quédate a mi lado o la mas reciente Percy Jacson...) acepta el encargo de adaptar un best seller británico con actores británicos.
La elección de los niños no es que me entusiasme, Daniel Radcliffe como Harry, Rupert Grint como Ron y Emma Watson como Hermione, se les nota inexpertos y que no saben muy bien qué están haciendo, son niños al fin y al cabo.
Aquí el gran acierto (y eso se convertirá en constante en toda la saga) son los papeles secundarios en manos de actores británicos de esos de talla y renombre, Richard Harris, Maggie Smith, John Hurt, Julie Walters y sobre todo Alan Rickman como el carismático Severous Snape, hacen que un film, que pasaría como un simple pasatiempo para padres que acompañan a sus hijos al cine, adquiera status de entretenimiento decente y placer culpable... si tiene buenos actores no puede ser tan malo, ¿verdad?
Casi dos horas y media para adaptar un libro de 250 páginas parece un crimen señor guionista Steve Kloves, pero sirve para que no haya mayores destrozos de argumento, y la sencillez del libro sale bien parada en el film.
Aún así la dimensión de los personajes secundarios (y es de lo que mas me quejo) se ve reducida a simples escenas anecdóticas, la mayoría pasando desapercibidas: la obsesión de Hagrid por los animales salvajes, los gemelos Wesley y su afición a los comentarios irónicos y a las bromas, las pocas clases a las que asistimos... la adaptación es buena pero sigue faltando algo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo me leí todos los libros uno tras otro en el verano de 2007 (cuando salió el último), y me encantaron todos. Quizá los dos primeros son más light precisamente porque tienen un punto de vista más infantil. quizá hay que leerlos con siete u ocho años para de verdad disfrutarlos. Después me parece que la autora empieza a hilar las cosas, y todo despega. Sólo el hecho de que lograra hacer que funcionara el que la saga creciera con sus lectores me parece una hazaña por parte de Rowling, porque es fácil decirlo y dificilísimo hacerlo. Los personajes realmente crecen, se vuelven más complejos, te llevas sorpresas y sustos y enfados con el desenlace de tal y cual personaje. Yo como los otros muchimil millones de lectores, sucumbí a la magia.

Las películas son otra cosa. Esperé a verlas hasta leer los libros, así que para entonces ya era fan y me hacía ilusión simplemente ver la visualización que hacían de las historias. Estoy de acuerdo con la opinión general de que Alfonso Cuarón salvó la saga en la tercera entrega, simplemente trabajando en serio con los niños y enseñándoles como actuar mejor. Cuarón es el puto amo. (he's the bitch master).

Que disfrutes con tus lecturas.

marguis dijo...

Anónimo:
Bueno, es verdad que la saga creció con sus lectores, pero es que la Rowling también aprendió a ser mejor escritora a medida que pasaban los libros y por eso de esos desarrollos de trama y personajes mas complicados. La práctica lleva a la perfección!!!

Yo vi la tercera peli en su día y también es de las que guardo mejor recuerdo.
Saludos!!

Valaingaur dijo...

Yo solo me he leido el primero (creo que llegué a empezar el segundo) y me pareció un truño.

Me he tragado todas las pelis porque mi novia es fan, pero el trio de protagonistas me parecen insoportables.

Pobre Gandalf, intentando enseñarle magia a esa pandilla...

marguis dijo...

Valaingaur:
Ja, ja que cachondo lo de Gandalf.
Pues yo era (en pasado, si) igual que tu, consideraba los libros un truño (sin haberlos leido, ole yo) y las pelis eran mediocres a lo mas.
Que ha pasado, pues que una vez leidos los tres primeros, los mas infantiles e iguales, los demás están llenos de aventuras y desarrollo de personajes, cada vez mas adultos, Harry y compañía no son tan insoportables y resabidillos como pensaba, que en la adaptación se dejan mogollón de cosas en el tintero y además estoy verdaderamente disfrutando de estos "deberes autoimouestos" para sorpresa mía.
Una de dos, o realmente valen la pena, o he caido hipnotizada como tantos otros por la magia mainstream de la Rowling.
Si es que en el fondo no debo ser mas que una muggle...