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lunes, 3 de octubre de 2011

Doctor Who, quedan formalmente invitados a una boda y un funeral

Y final de temporada para la mejor serie de ciencia ficción (ahora mismo) en antena.
Doctor Who termina sexta temporada (siempre esperando el Christmas Special, por, bueno, Navidad, ¿no?), con Matt Smith siendo una delicia divertidísima, y dando respuestas a un montón de preguntas que nos moríamos por saber.

River Song, ¿quién es en realidad? ¿es una asesina? ¿es verdad que está casada con el Doctor? ¿por qué aparece una y otra vez? ¿Es Hello, Sweetie el mejor saludo del mundo?

Lo malo de preguntar es que al final tenemos nuestra respuesta, y si algo nos enseñó Lost, es que muchas veces las preguntas son muuuucho mejores que saber la verdad. Así, de mucho, las respuestas a nuestras preguntas han sido lo peor de una final season, llena de sorpresas, acción, despedidas, y lo que yo llamo, la comedia timey wimey, a saber, escenas rápidas y altamente absurdas llenas de un desmadre irresistible (el episodio entero de Lets Kill Hitler sería un buen ejemplo), algo en lo que Steven Moffat parece ser un experto en escribir.

The girl who waited, Amy Pond, volvió a esperar, esta vez el rescate de su hija, en una final mid-season realmente apoteósica, pero sobretodo en uno de los mejores episodios de la temporada, donde vimos que su amor por Rory es realmente incombustible. Amy bajó del pedestal al Doctor (ya era hora), perdió mucho (una hija, una vida), pero ganó en confianza, dejando de ser la niña que esperaba, para ser la mujer con la espada.

The last centurion, Rory, al que yo siempre me refería como el nuevo K-9, se cansó de esperar en el coche y nos dio grandes dosis de acción y badassery en general, y aunque, la mayoría de las veces acababa muriendo, una siempre podía confiar en el que la mente prodigiosa de Amy, (que recuerda todo, aunque sean realidades paralelas borradas de la existencia) lo trajera de nuevo a la vida.
Y nada como el final, apuntando a los malditos Silence (que me han dado un miedo espantoso), aguantándose el dolor y enfrentándose a una muerte segura. ¡Bien por el Capitán Williams!

Hell in high heels, aka River Song, su alergia a los sombreros del Doctor nos hizo reír una y otra vez, sus crípticos spoliers!, sufrir de anticipación y deseamos, como nunca, saber lo que ponía su librito azul. Su infancia y adolescencia, su estrecha relación con la TARDIS, y por supuesto su amor por el Doctor, todo rebelado en primer plano. Y una boda de lo mas anticipada (¡beso incluido!). Pero creo que echaré un montón de menos el misterio que la rodeaba. ¿Tendremos mas River la temporada que viene sabiendo ya lo que sabemos?

Lo que mas me ha gustado del capítulo... la llamada al Brigadier (y homenaje al actor que lo encarnaba), testimonio de que el Doctor es un alma solitaria que lucha contra su condición, ¿y quien mejor que ser testigos de su muerte que sus mejoes amigos?

En fin.
Sí, el Doctor hace trampas, y siempre, siempre miente (Regla nº 1!!!), y nosotros que contamos con ello sabemos que nada es lo que parece, y aunque nuestro TimeLord muera en el primer capítulo de la sexta temporada, no significa que no vuelva para la séptima.
Porque En los campos de Trenzalore, a la caía del Undécimo, la Primera Pregunta será contestada.
Tendremos que esperar.

No sabemos lo que nos encontraremos para la séptima, solo espero que Steven Moffat nos siga emocionando y divirtiendo como en ésta.

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