Y ya son tres las películas dedicadas al Bibliotecario, ese aventurero al mas puro estilo Indiana Jones, pero con aires televisivos, que recupera objetos perdidos para el archivo secreto de su biblioteca... como el Arca de la Alianza, Excalibur, o la Mona Lisa (lo del Louvre es una replica)
Lo se, parece un argumento absurdo, y lo es, pero tiene su encanto, prometido.
En la primera The Librarian: Quest for the Spear, descubriamos que Noah Wyle era el destinado a ser el Bibliotecario, además de ser un nerd de cuidado, conseguía, con la ayuda de una guapa ayudante recuperar la Lanza del Destino y salvar al mundo.
En la segunda The Librarian: Return to King Solomon's Mines, con la ayuda de otra guapa ayudante, llegaba hasta las minas del rey Salomon y salvaba el mundo.
En la tercera, recupera el cáliz de Judas y salva al mundo, envuelto en un misterio con antiguos agentes de la KGB, Vlad en Empalador y una guapa ayudante...
Diálogos divertidos, (y de lo mas cutre), puede que esta no la dirija Steven Spielberg pero para ser un producto hecho para la tele la direccion de Jonathan Frakes tampoco desmerece.
Algo inofensivo, para toda la familia, como esas películas que mirábamos todos juntos en el sofá los sábados al medio día, cuando todavía merecía la pena la mirar televisión.
Lo se, parece un argumento absurdo, y lo es, pero tiene su encanto, prometido.
En la primera The Librarian: Quest for the Spear, descubriamos que Noah Wyle era el destinado a ser el Bibliotecario, además de ser un nerd de cuidado, conseguía, con la ayuda de una guapa ayudante recuperar la Lanza del Destino y salvar al mundo.
En la segunda The Librarian: Return to King Solomon's Mines, con la ayuda de otra guapa ayudante, llegaba hasta las minas del rey Salomon y salvaba el mundo.
En la tercera, recupera el cáliz de Judas y salva al mundo, envuelto en un misterio con antiguos agentes de la KGB, Vlad en Empalador y una guapa ayudante...
Diálogos divertidos, (y de lo mas cutre), puede que esta no la dirija Steven Spielberg pero para ser un producto hecho para la tele la direccion de Jonathan Frakes tampoco desmerece.
Algo inofensivo, para toda la familia, como esas películas que mirábamos todos juntos en el sofá los sábados al medio día, cuando todavía merecía la pena la mirar televisión.
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