Al final uno de los estrenos mas divertidos (y esperados) sur coreano se salda con un bien, justito, justito.
Ji-Woo un investigador privado acepta como cliente a Jin Yi, una misteriosa mujer, con un pasado aún mas misterioso. Resulta que han ido matando (o suicidando) a todos los miembros de su familia, y ella huye sin ninguna dirección. Así que contrata a Ji Woo (Rain, Ninja Assassin) para que encuentre a los que la quieren muerta y porqué.
Todo se relaciona con un oro desaparecido durante la Guerra de Corea, pero cómo encaja Jin Yi en todo esto lo sabremos a lo largo de la serie.
Mientras tanto, a Ji-Woo se le acusa (falsamente, of course), de matar a su antiguo socio en el negocio, incluso hay abundantes pruebas incriminatorias, lo mas seguro que fabricadas por aquellos que intentan liquidar a Jin Yi... o sea que se pasan toda la serie huyendo, corriendo de un sitio a otro, de la policía, de los malos, de los otros mas malos. Y eso une mucho.
A mi personalmente me encanta el policía encargado de perseguir a Ji-Woo (considero que ha sido lo mejor de la serie), siempre movido por el deber, incansable en su misión, incluso se cierra en banda a los sentimientos de una compañera de trabajo, que bebe los vientos por él. Menos mal que luego claudica.
En fin... uno puede ver los primeros capítulos, y pasárselo en grande, y luego saltar directamente al final. Demasiado relleno para mi gusto. Incluso se podría haber prescindido (a mi pesar) del amigo/novio de Jin Yi, interpretado por Daniel Henney, nunca un vértice del triángulo amoroso fue tan insustancial y cansino...
Nada, que la vuelta de Rain a la pantalla pequeña se merecía mucho mas.
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