Mamma Mia! que musical!

Sophie se va a casar, pero no sabe quién es su padre, así que invita a los tres posibles candidatos a su boda, sin decirle nada a nadie. El lío está servido.
Sí, me gustan los musicales. Sí, me gusta Abba, a quién no le han gustado en alguna etapa de su vida, aunque fuera solo por comprender mejor La boda de Muriel. Yo diría que Mamma Mia! es todo un placer culpable, es hortera, es simplona, es, quizá, demasiado previsible... y me da igual. Porque la he ido a ver y he disfrutado como una enana. La puesta en escena, los números musicales, Meryl Streep robando todas las escenas (es que es Meryl Streep), la voz de la chica que monta todo el embrollo, Amanda Seyfried, que es preciosa y en algunos monetos, sobre todo al final, conmueve hasta las lágrimas (no pongáis los ojos en blanco, que ya sabéis como soy), las expresiones graciosas de Julie Walters, otro peso pesado de la interpretación y todas las canciones... es que cuando empiezan los primeros compases de Mamma mia, Dancing Queen, Super Trouper, Gimme! Gimme! Gimme!... los pies se empiezan a mover y una alegría desbordante empieza a recorrerte el cuerpo.
Me gustan toda clase de películas, porque creo que hay un tipo de película para cada momento y cada estado de ánimo, pues bien, Mamma Mia! es para los momentos tristes, porque se te pinta en la cara una sonrisa casi instantáneamente.
Es un placer culpable, ya sabéis, pero un placer.
Puntuación: 7,5

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