Kim Tae Hee (una de las actrices mas famosas de Corea del Sur) vuelve a un kdrama después de IRIS, esta vez una comedia romántica de 16 capítulos.
Ella interpreta a Lee Seol, una estudiante de historia, secretamente (o no tanto) enamorada de su profesor. Además, trabaja a tiempo parcial, disfrazándose de princesa de la era de Joseon, y haciéndose fotos con turistas.
Lo que ella no sabe, pero pronto va a descubrir, es que es la heredera, largo tiempo perdida, al trono de Corea.
El dueño de un poderoso y rico grupo empresarial sabe la verdad, y no descansará hasta dar a Seol el titulo que se merece, aunque sea poniendo toda su fortuna a su servicio. Cosa que no hace nada de gracia a Park Hae Youn (Song Seung Hun), su nieto, un diplomático que ve como su herencia se podría esfumar si Seol accede al trono.
¿Y qué pasa?
Pues que Seol y Hae Youn, no hacen mas que pelearse, detestarse el uno al otro y... enamorarse.
La cosa empieza bastante divertida, pero enseguida hay dramita por en medio (ya me tienes llorando), y se alarga mucho al final, con una mala malosa, que de verdad me ha tenido gritándole a la pantalla, (cositas no muy alagadoras), la química de los protas no está mal, y los capítulos finales son super-románticos, y no tan de comedieta (aunque tienen sus puntitos).
Entretiene, pero no será de mis favoritas este año, eso se lo dejo a Secret Garden.
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