Gracias otra vez a las excelentes recomendaciones blogueras, ha llegado hasta mi otra joya del cine japonés en blanco y negro, si ya quedé encantada (e hipnotizada) con Kenji Mizoguchi y su Cuentos de la luna pálida de agosto, este film del maestro Mikio Naruse tampoco deja indiferente.
Keiko enviudó hace seis años, para sobrevivir se sumerge en el mundo del barrio de Ginza, lleno de bares con modernas geishas, que carentes de la sofisticación y educación de éstas, entretienen a base de bebidas y conversaciones banales a sus clientes, hombres de negocios, y algunas veces, algo mas. Keiko, o Mama, como la llaman, se mantiene honorable y con clase, es la bella viuda que agasaja a sus clientes, pero nunca alterna con ellos, mas allá de las paredes del bar. Es alguien que atiende a sus responsabilidades, a su familia, por muy pesada carga que sean. Ante las múltiples ofertas e insinuaciones, su situación parece insostenible, y solo le quedan dos opciones, aceptar una propuesta de matrimonio de alguno de sus clientes, o abrir un bar propio.
Nos asomamos al universo propio de Ginza, con una visión nada alagadora pero elegante, se nos muestra una época suspendida casi en el tiempo, y unas mujeres, que con una vida ligada a la noche, corren el mayor peligro de todos, el conformismo. Una vez subes las escaleras hacia allí, no hay vuelta atrás. ¿Qué precio hay que pagar para ser una mujer independiente?
Pero no importa cuan frío es el viento... los cerezos siguen floreciendo.
Puntuación: 8
3 comentarios:
recuerdo cuando la vi! !!
me impactó mucho!!!! tanto que la busqué en dvd!!me encantó
Y qué papel el de la mujer en una sociedad tan patriarcal!
Me alegro que te haya gustado!
1 saludo!
Bargalloneta:
Una pasada de peli, ya no las hacen así...
redrum:
Gracias a ti por ecomendarla.
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