La cruenta guerra entre los vampiros y los humanos llegó a su fin hace años, dejando como testigos unas cuantas reservas de vampiros (fuertemente vigiladas), los cazadores de vampiros, (ahora retirados y olvidados, sacerdotes de la iglesia con poderes extraordinarios), y las ciudades estado (dirigidas por la iglesia, única salvadora de la raza humana, con mano de hierro).
Los antiguos guerreros sacerdote ya han perdido su utilidad y son despreciados por todos (incluso por la iglesia que los creó).
Pero en un pueblo del exterior de la ciudad, en las Tierras Baldías, un feroz ataque, de lo que parece un grupo de vampiros, acaba con el secuestro de una inocente joven, sobrina de uno de los sacerdotes (Paul Bettany), que con tanto celo luchó en la guerra.
Ante la negativa de la iglesia de dejarlo partir para salvar a su sobrina, ya que la admisión por parte de tan poderosa institución, de que los vampiros siguen libres y a sus anchas podría hacer peligrar su poder, el sacerdote desobece órdenes directas (por lo que será excomulgado) y va tras la camada de vampiros, averiguando de paso qué están tramando y a qué se enfrentan en realidad las ciudades.
Basada en el cómic coreano Priest, su mayor acierto es la riqueza de la premisa, que muere a los cinco minutos de empezar el film, para convertirse en un aburrido western con ocasionales escenas de acción, y un malo maloso poco creíble (lo siento Karl Urban).
Curiosidades tiene muchas, que salgan Stephen Moyer y Cam Gigandet dos habituales del género vampírico (True Blood y Crepúsculo, respectivamente), que Maggie Q aparezca pateando culos (como lo hace en Nikita), que Brad Dourif a.k.a. Lengua de serpiente, haga el mismo papel que sieeempre hace (hablando de encasillamientos), o que Paul Bettany se empeñe en creer que es un héroe de acción.
Puntuación: 4
2 comentarios:
Lo de Bettany es un caso a estudiar: en los últimos años parece emperrado en destrozar su carrera, cuando se trata de un actor versátil, intenso y con hechuras de estrella. En fin, parece que estar casado con esa bomba que es Jennifer Connelly no termina de centrarlo. Una pena.
Tarquin Winot:
Yo pienso lo mismo, es capaz de drama, comedia etc, ¿por qué tanta acción?
Será donde está la pasta, supongo
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