Del mismo autor de Bienvenidos al Norte, donde se exploraba las diferencias entre los franceses del norte y del sur, esta vez traslada la acción a la frontera entre Bélgica y Francia, a principios de los 90. En un paso entre los dos países, Ruben Vandevoorde es un guardia fronterizo belga que no soporta a los franceses,y hace la vida imposible a todo aquel que quiere cruzar a Bélgica con su celo y minuciosidad, para desespero de los guardias fronterizos del lado francés, en especial de Mathias Ducatel. Pero pronto las fronteras en toda Europa se diluirán, y probablemente el puesto fronterizo desaparezca. Para modernizar la cosa se decide crear una unidad móvil mixta (en un destartalado coche), formada por un belga y un francés, que vigilaría las carreteras próximas a la frontera. Vandevoorde se presenta voluntario y su compañero será Ducatel, que como está secretamente enamorado de la hermana de Vandevoorde, quiere hacerse amigo de éste, para poder casarse con ella. Pero Vandervoorde es tan racista que le pondrá las cosas muy difíciles.
La fama que tiene en Francia esta comedia, está del todo justificada, es graciosa, los personajes son geniales y la historia universal.
Yo fui con mi madre y salimos las dos encantadas, habiéndonos reido muchísimo.
Sobretodo recomendada para los que ya disfrutaron con Bienvenidos al Norte.
Puntuación: 7
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