No será la primera ni la última vez que me vendan una película prometedora y me acaben dando un semi-truño.
Shane Cooper (Ryan Kwanten, sí, el hermanísimo de Sookie) se acaba de trasladar, con su mujer embarazada, a un pequeño pueblo, donde va a trabajar de ayudante del sheriff. Nada de stress ni peligros, o eso piensa él, porque en su primer día de trabajo, un peligroso criminal se escapa de la cárcel. Es un asesino procedente del pueblo, del que todos esperan su regreso. El pueblo entero consiguió meterlo en la cárcel por asesinar a su mujer, y él va a querer vengarse, seguro.
Bien, el trailer prometía una serie b emocionante, un western moderno, con acento australiano. Luego la película, a pesar de un principio prometedor (los primeros 10 minutos, o así) termina siendo un despropósito tras otro, con escenas mal resueltas y un supuesto misterio que ya se sabe desde el principio.
Una decepción.
Puntuación: 3'5
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