
Cuando está a punto de hacerlo, pistola en mano, otro compañero se le adelanta y empieza a disparar a diestro y siniestro. Bob utiliza su pistola contra el pistolero, y se convierte de la noche a la mañana en el héroe de la compañía. Nuevo despacho, nuevas responsabilidades, nuevo coche. ¿Puede su agonía interior ser sofocada?
Lo cierto es que nunca he dado dos duros por Christian Slater, nunca me ha parecido gran actor a pesar de sus comienzos (¡El nombre de la rosa!), pero tengo que reconocer que da la talla como perdedor trastornado.
Digamos que es como si hubieran hecho una película con uno de los secundarios de Office Space, ese obsesionado con la grapadora, pero mas dramática y con mas chaladura.
Él hace lo que hace, pero todos los que le rodean solo piensan de él, que es un hombre tranquilo. De esos encerrados en si mismos.
Sí, los tranquilitos son los que acaban explotando...
Puntuación: 6'5
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